5 Hechos Fácil Sobre Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo Descritos
5 Hechos Fácil Sobre Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo Descritos
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Inexplorado María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste era el momento cumbre de su pasión; Tú misma asimismo te notaríTriunfador expirar de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor.
O ¿llora por tantos hijos a quienes el error y el pecado han triste la vida de la Humor y ofenden gravemente a Todopoderoso? O ¿ son las lágrimas de espera por el retorno de los hijos suyos, un día fieles y hogaño arrastrados por falsos encantos entre los enemigos de Altísimo?
4º. Les daré cuanto me pidan con tal que no se oponga a la voluntad de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
Para rezar cada singular de los dolores, se puede seguir el rezo del Rosario de los Siete Dolores de la Inmaculado, que consiste en meditar en cada dolor mientras se recitan AvemaríCampeón y Padrenuestros.
Con la consejo y oración del Martes Santo, Jesús quiere estar en tu corazón y que te desprendas de todo apego a lo material: Oración de Semana Santa
Apenas el enjuiciador Pilatos para satisfacer la ira y furor de los judíos, sedientos de la matanza del Justo, hubo pronunciado la sentencia de muerte contra el Autor soberano de la vida, cuando estos aprestaron la cruz en que había de ser clavado, cargáronla sobre sus delicadas espaldas, y atada al cuello una gruesa soga, le arrastraron por las calles de Jerusalén camino del Calvario, en medio de un diluvio de injurias, insultos, blasfemias y escarnios.
Es importante destacar que esta práctica no averiguación adorar o elevar a María al nivel de Todopoderoso, sino inspeccionar su papel especial como Madre de Jesús y modelo de virtudes cristianas.
Si se vuelve a mí con un sincero propósito de enmienda, estoy preparada para recibirle con mi Humor, porque YO no tomo en cuenta el número de pecados que ha cometido, sino que me fijo con la disposición que vienen alrededor de mi; Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo yo ya no siento aversión por curar sus heridas, porque yo soy convocatoria y soy la Madre de la Misericordia»
Para lealmente a estas celebraciones, se desarrollaba en España el culto particular a «La Dolorosa», en torno a los «Pasos de Semana Santa». Entre las renovaciones litúrgicas promovidas por el Concilio Vaticano II, se estableció que se suspendieran las festividades duplicadas a lo dilatado dl año. Como, la festividad de Virgen de los Dolores, hasta entonces se celebraba el 8 díGanador ayer del viernes Santo y e 15 de septiembre se suspendió el viernes de Dolor y bajo el 15 de septiembre como única data de conmemoración.
Las lágrimas de la Doncella pertenecen al orden de los signos: testimonian la presencia de la Madre en la Iglesia y en el mundo. Una raíz llora cuando ve a sus hijos amenazados por algún mal, espiritual o físico.
Esta praxis se pedestal en meditar y rezar sobre los siete dolores que la Madre de Jesús experimentó mientras acompañaba a su Hijo en su camino en torno a la redención de la humanidad.
Casto María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste Cuadro el momento cumbre de su pasión; Tú misma también te advertiríTriunfador vencer de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor.
Por aquel sensible avenencia de vuestro santísimo Hijo, haced que me Este de la postración en que me tienen puesto mis enormes faltas, y cargue con la cruz de las penas y trabajos de esta vida, para aligerar en parte la cruz de Jesús, y mitigar vuestro dolor.
¿Quién de nosotros puede siquiera imaginar la magnitud del dolor que María debe sobrevenir estado experimentando en este momento de la vida de su hijo? Ella, contiguo con Jesús, tuvo que entregarlo todo al plan de Altísimo.